viernes, 12 de febrero de 2010

Sobre la esperanza, vía el principe de los filósofos

Y es seguro que la privación no es algo efectivo y que se llama así con respecto a nuestro entendimiento y con respecto al entendimiento de dios. Eso proviene de que nosotros a todos los casos de una especie, tal como, por ejemplo, a todos aquellos que en apariencia tienen la forma de seres humanos, los expresamos con una misma definición, y por eso los juzgamos a todos igualmente capaces de la mayor perfección que se puede deducir de tal definición; y cuando encontramos uno cuyo obrar se aleja de esa perfección los juzgamos entonces privado de ella y desviado de su naturaleza, cosa que no haríamos si no lo hubiésemos puesto bajo tal definición y no le hubiésemos atribuido tal naturaleza. Pero como dios no conoce las cosas abstractamente ni hace semejantes definiciones , ni a las cosas les pertenece otra esencia más que la que el entendimiento y el poder divinos les asignan, y de hecho les dan, se sigue claramente que esa privación sólo puede ser predicada en relación a nuestro entendimiento pero no en relación al de dios.